LA VOZ DE VIGORRA
<
LA VOZ DE VIGORRA

Me sigo preguntando por qué no llega el material de protección a los hospitales

Jesús Vigorra da su particular punto de vista sobre los temas de actualidad en La mañana de Andalucía.

JESUS VIGORRA 27 marzo 2020

Como lo prometido es deuda, tal como le dije al doctor que me llamó al salir de guardia de 24 horas en Urgencias del Hospital Virgen del Rocío -hospital de referencia, entre los más grandes de España- la primera pregunta que sigue pidiendo respuesta urgente es: ¿Por qué no llega el material de protección a los hospitales para el personal sanitario?

Y una segunda pregunta que todo el mundo se hace y nadie contesta con un argumento comprensible: ¿Por qué en nuestro país mueren más contagiados que en ningún otro país de Europa, descontando Italia? ¿Por qué mueren al ritmo de 4.089 en 19 días? Italia nos dobla, pasa de los 8.000 fallecidos, pero también lleva más días afectada por el coronavirus. Estas son las preguntas que están pidiendo respuestas claras y comprensibles. No me contéis más cuentos chinos, ni de los millones destinados, ni de las facturas pagadas, ni del reparto por comunidades, ni de las partidas requisadas, ni de los choris detenidos, ni del pico de la curva ni de las patas del bicho...

¿Por qué hoy, décimocuarto día de encerrona aún no ha llegado el material de protección a los hospitales para el personal sanitario? Por cierto que pasan de los cinco mil y largos los sanitarios que han caído por contagio, como en ningún país de los que están luchando contra la epidemia. A veces tengo la sensación de estar empachado de realidad; de imágenes, de cifras, de donaciones altruistas, de buenas personas haciendo lo que pueden, de arranques ejemplares de chequera en grandes empresas, de arrebatos generosos como el puesto del Monte Hacho en la carretera de Málaga, de fábricas de licores utilizando el alcohol para uso higiénico y desinfectante, de trabajadores de residencias de mayores que se encierran con sus viejos para protegerlos.

Ojo ahora con poner en cuestión las residencias que en España dan cobijo y cuidan y lavan y alimentan más de 300.000 ancianos que nadie puede tener en casa. Mucho cuidado porque hasta ayer nos parecían hoteles de cinco estrellas cuando dejábamos allí a nuestros mayores aparcados y no vayamos ahora a buscar culpables en estos centros para acallar el grillo de nuestra conciencia.

ES NOTICIA