En el fragor de la batalla de un road-manager entra casi de todo: diversión y conflicto, demoras y controversias, problemas y soluciones de urgencia... Todo lo imaginable y lo imprevisible, dentro o lejos de su alcance. La experiencia de Javier García-Pelayo con los Storm, con Silvio, con Medina Azahara y con muchos otros artistas supera los límites de la extravagancia. Lo mismo descargando sillas o coordinando el montaje y desmontaje de equipos de sonido a toda marcha para llegar a tiempo que negociando contratos y cobros detrás de un escenario mientras los suyos se lanzaban al foso de agua y les desenchufaban los instrumentos. La vida a todo trapo entre luces de colores despampanantes y viajes interiores preñados de psicodelias.