La operación conjunta desarrollada en Sanlúcar de Barrameda y Lisboa supuso en total la detención de 31 personas y la incautación de varias narcolanchas.
De los 31 detenidos en la operación Grajuela, con la que se ha desarticulado a la mayor red de narcotransportistas del Estrecho, 14 ingresarán en prisión provisional tras haber pasado este miércoles a disposición judicial en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).
Fue una operación conjunta entre funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y la Policía Judiciária de Portugal, y coordinada por la Fiscalía Especial Antidroga de Jerez de la Frontera.
Además de las detenciones, la operación incluyó 24 registros domiciliarios y se abortaron hasta cuatro operaciones de la organización y se incautaron tres armas cortas, 1,4 millones de euros en efectivo, 19 vehículos de alta gama, sistemas de comunicación, material informático, dos narcolanchas en Portugal y otras tres embarcaciones en España.
El centro de operaciones de la trama estaba ubicado en una lujosa urbanización de Lisboa, desde donde un destacado narcotraficante dirigía y coordinaba todas las operaciones navales. También contaban con infraestructura y una amplia red de colaboradores en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, de donde eran originarios los cabecillas del entramado.
La investigación acreditó que estos cabecillas empleaban la ciudad gaditana como base de operaciones en España, debido al perfecto conocimiento que tenían de la zona y la orografía de la misma, así como a la nutrida red de colaboradores con la que contaban en el municipio.
La organización disponía de una media de entre ocho y diez embarcaciones EAV (Embarcaciones de Alta Velocidad), conocidas como narcolanchas, que se encontraban en todo momento en el agua con sus respectivas tripulaciones, así como de una nutrida red de pequeñas embarcaciones que utilizaba para facilitar a las anteriores todo lo necesario, como víveres o gasolina.
La investigación se inició en mayo del pasado año, cuando los agentes detectaron que la organización criminal trató de recoger un cargamento de 6.000 kilos de cocaína de un 'narcosubmarino' proveniente de Sudamérica. Sin embargo, los problemas mecánicos que sufrió la embarcación durante la travesía provocaron su hundimiento, lo que frustró la acción criminal.
A partir de ese momento, las pesquisas policiales giraron en torno al funcionamiento de la estructura de la organización, acreditando que los líderes de la misma estaban asentados en las localidades gaditanas de Sanlúcar de Barrameda, Chipiona y El Cuervo (Sevilla).