Los trabajos han concluido en tres puntos diferentes del poblado. Entre las piezas encontradas destaca un ídolo cruciforme, excepcional dentro de la necrópolis.
Los arqueólogos esperan nuevos apoyos para conocer más de la que fue la primera ciudad de la Península Ibérica, que se levantó aquí hace 5.000 años.
Segundo año de excavaciones en el yacimiento de Los Millares, en Santa Fe de Mondújar (Almería), dentro del Plan General de Investigación financiado por la Junta de Andalucía durante 4 años.
Las excavaciones han concluido en tres puntos diferentes del poblado con gran número de hallazgos, entre ellos un ídolo cruciforme excepcional dentro de la necrópolis.
Estamos en el acceso principal del poblado de Los Millares, asentamiento prehistórico de la Edad del Cobre, de 3.200 a 2.200 antes de Cristo y vemos la muralla de cuatrocientos metros de longitud que lo delimitaba.
Queda mucho por descubrir, pero las investigaciones siguen vivas con el foco puesto en varios lugares esenciales, como la denominada Tumba de la Chilena, que fue expoliada y donde un análisis de georradar encontró manchas de ceniza. En esta campaña han sacado mucho material, según el director de la excavación, Martín de Haro.
Después del trabajo de campo para separar y limpiar los restos, las piezas son trasladadas para un análisis detallado. Cada fragmento será investigado por forenses y antropólogos, con la ayuda de expertos en otras disciplinas que intentarán determinar cuánta gente fue enterrada y en qué épocas y circunstancias.
Entre los descubrimientos recientes destaca la estructura de un gran edificio, cuya funcionalidad está siendo investigada por el equipo de la Universidad de Almería. Su estructura y dimensiones contrastan con el resto de la arquitectura prehistórica del resto del poblado, ya que no existe referente alguno en ningún otro lugar de España para este momento de la Edad del Cobre. Otro de los hallazgos más sorprendentes es una gran cisterna de agua que estaría aquí para abastecer al poblamiento.
Los arqueólogos esperan los resultados y confían en que lleguen nuevos apoyos para conocer más de la que fue la primera ciudad de la Península Ibérica, que se levantó aquí hace 5.000 años.
En Los Millares se desarrolló una cultura agrícola, pionera en la introducción de la metalurgia del cobre en el Mediterráneo occidental y su poblado, protegido por cuatro líneas de murallas y una decena de fortines avanzados, presenta una necrópolis con más de cien tumbas colectivas, algo sin parangón en la Europa de la época.
En cada tumba se enterraba a los miembros de un mismo clan con sus ajuares personales: armas, herramientas, adornos, cerámica simbólica e ídolos.
El poblado contó con un sistema defensivo, difícil de entender sin la existencia de unos pueblos megalíticos dedicados al pastoreo, con cuatro líneas de murallas, de las que la más exterior y moderna mide 310 metros desde los escarpes del río Andarax a la rambla de Huéchar, y presenta torres semicirculares o bastiones a intervalos regulares y dos puertas.