Está diseñado para llevar a cabo una amplia gama de investigaciones científicas, desde el estudio de la biodiversidad marina hasta el monitoreo del cambio climático.
Tendrá su base en Cádiz y podrá trabajar en todos los mares del mundo, incluso en regiones polares.
El Odón de Buen, el mayor buque oceanográfico de España, ha sido bautizado en el muelle de Cádiz, que será su base permanente. El barco es el más avanzado de su clase y está preparado para poder realizar misiones de investigación científica en todos los mares del mundo, desde el estudio de la biodiversidad marina hasta el monitoreo del cambio climático.
Siguiendo una tradición ya centenaria, en la ceremonia se ha estrellado una botella contra el casco del buque. Lo ha hecho una nieta del científico y político que da nombre al buque, pionero de la oceanografía en España, quien además fue fundador del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), un hombre adelantado a su tiempo, que sufrió el exilio tras la guerra civil.
El astillero Armon de Vigo se ha encargado de su construcción, en la que han participado más de 200 personas y 25 empresas españolas.
Es el buque más moderno, más grande y mejor dotado de la flota de investigación del Instituto y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), según Eloísa del Pino, presidenta de este último organismo.
El barco, con 84,3 metros de eslora y en el que se han invertido 85 millones de euros, financiados por el Ministerio de Ciencia con el apoyo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), representa una inversión estratégica en la investigación marina y podrá operar en todos los mares del mundo, incluso en regiones polares, con una autonomía de 50 días.
Durante los próximos meses el personal técnico a bordo del barco se dedicará a poner a punto los diversos sistemas y equipos, desde los laboratorios científicos hasta los vehículos submarinos autónomos. Además, la tripulación recibirá una formación intensiva para operar de manera segura y eficiente en las diversas tipologías de misiones científicas que se podrán llevar a cabo en el buque.
Puede realizar operaciones de pesca en zonas profundas por debajo de los 1.500 metros, permite el uso de sonda batimétrica multihaz de aguas profundas de alta resolución con capacidad de cubrir cualquier fondo oceánico global, y consigue posicionar y operar con hasta dos vehículos remotos submarinos (ROV/AUV) de aguas profundas.
El buque tendrá capacidad para albergar a 58 pasajeros, de los que 39 serán científicos y el resto tripulantes. El puerto más antiguo de Occidente será la casa del barco científico más moderno y dedicado a atisbar nuestro futuro.