Nada menos que con una de las joyas procedentes de la gaditana iglesia de Capuchinos atribuidas al taller de Murillo.
Esta semana se ha celebrado el Día internacional del Restaurador y el Museo de Cádiz ha querido unirse a la celebración con una visita guiada para conocer el trabajo de estos profesionales. Los visitantes han podido ver cómo trabajan, por ejemplo, los expertos que investigan una obra atribuida a Murillo.
La primera lección es que el restaurador es algo más que alguien con un pincel, como nos cuenta Silvia Maroto. Esta asesora técnica de conservación de la pinacoteca nos explica todo el proceso previo de estudio y las tareas de recuperación que realizan estos guardianes de la historia y que, en este caso concreto, permitirá dilucidar la autoría nada menos que de una de las joyas procedentes de la gaditana iglesia de Capuchinos atribuidas al taller de Murillo. Cuando acabe la visita seguirán trabajando y en dos años sabremos si la mano del genio está detrás de estas pinturas.