La torre está siendo restaurada en la actualidad para reforzarla y limpiar la piedra, una obra que incluye las campanas, también la de Isabel la Católica.
En una segunda fase, se remodelarán las escaleras de acceso.
La torre de la catedral de Granada está en obras. Desde agosto hemos visto cómo ha sido enfundada en andamios para acometer una reforma de gran calado. Se limpia la piedra y se remodela el forjado para evitar las filtraciones de agua que, durante decenios, han estado deteriorando la seo granadina.
Pero lo más significativo es que cuando acaben la torre será un mirador inigualable para disfrute de granadinos y turistas, a 54 metros de altura y mirando cara a cara a La Alhambra. Fue construida en 1523 y a los pocos años se tuvo que desmontar parte de la torre rematando con una cubierta sobre la que hoy se interviene.
Se construyó, hace cinco siglos, con piedra arenisca de las canteras de Padul y Escúzar que guardan en sus entrañas fósiles. También se aprecia la delicadeza del trabajo de los canteros. Las hojas de acanto emergen de la piedra, otras no tanto, los había menos hábiles. A día de hoy, otras manos expertas repasan la piedra para curarla.
Las campanas también serán remozadas en esta primera fase, incluida la conocida como de Isabel La Católica. Será en la primera fase de obra. En la segunda, que aún no se sabe cuando se iniciará también se restauraran esta escalera por la que subiremos de nuevo a contemplar una ciudad milenaria.