Los estudios previos para su explotación van confirmando la rentabilidad de este mineral cuyo precio se ha incrementado por su alta demanda para baterías de vehículos y almacenamiento a gran escala de energías renovables.
Linares está a punto de volver a ser minera. Más de treinta años después de que se cerrara la última mina de plomo en esta comarca, los estudios para su recuperación confirman la abundante existencia de un mineral con una gran demanda en el mercado, entre otras cosas, para el almacenamiento de energías limpias.
La comarca de Linares puede volver a ser minera. Dos años de estudios geofísicos y geoquímicos, de análisis de la información histórica y de perforaciones están haciendo crecer el optimismo. Gonzalo Mayoral, director del proyecto 'Nuevo Linares' asegura que "avanza muy bien".
Los análisis, las auditorías, la homologación de los resultados validan los recursos de mineral. Pero hay que dar un paso más: la construcción de una rampa de acceso para descender 350 metros. El coste de esta rampa de investigación, de 2.300 metros, supera los 10 millones de euros. Su autorización está aprobada y la euforia se extiende por la propia Universidad, que todavía mantiene sus títulos de ingeniería ligados a esta actividad.
Quedan los restos mineros como testimonio de lo que fue esta comarca, mientras el plomo recobra su demanda y su precio para baterías de vehículos y almacenamiento a gran escala de energías renovables, entre otros usos.
Kerogen Energy es la empresa que, junto a la minera Insersa, está detrás de este proyecto, bautizado como 'Nuevo Linares'.