Repasamos la apasionante trayectoria del bailarín, bailaor de flamenco, coreógrafo y director artístico sevillano
Este viernes 5 de febrero se cumplen 25 años del adiós del sevillano Antonio El Bailarín. Nació el 4 de noviembre de 1921; este año se celebra un siglo de su nacimiento.
Sólo tenía siete años cuando actuó por primera vez en un teatro sevillano. Antonio Ruiz Soler, Antonio El Bailarín, nombre que se le quedó de cómo le llamaba su padre cuando iba a clase de danza. Pero Antonio era un niño prodigio. Un genio. Y se convirtió en, quizás, el mejor bailaor de flamenco de todos los tiempos.
Y sin duda el que revolucionó el género, el que hizo historia. El primero que bailó un martinete. Antes sólo se cantaba.
De pequeño, durante más de veinte años, tuvo una compañera, Rosario, les llamaban los chavalillos sevillanos. Luego, solo, voló, y se convirtió en el dios del baile y abrió los teatros del mundo al flamenco.
Más premios y más películas, fue adorado, pero también, dicen que su carácter, tan poderoso como su arte, no le facilitó siempre las cosas. Que en los últimos tiempos estuvo más solo, más olvidado.