Una historia de idolatría por parte de una afición que acabaría dándole la espalda. Con una forma muy peculiar de llevar un club de fútbol que no dejó a nadie indiferente. Deja además un rosario de expresiones que la gente ha hecho suyas, como aquél "estábamos en la UVI" y muchas más.
Con sus luces y sus sombras, Lopera está ya en la historia como alguien irrepetible, con una forma muy peculiar de llevar un club de fútbol que no dejó a nadie indiferente. Deja además un rosario de expresiones que la gente ha hecho suyas, como aquel "estábamos en la UVI" y muchas más.
Fue uno de los muchos momentos para la historia del Real Betis que dejó Manuel Ruiz de Lopera. La suya, una historia de idolatría por parte de una afición que acabaría dándole la espalda. Peculiar en las formas y el fondo, Lopera dijo llegar al club para salvar al Betis. Sin embargo, igual que ganó la Copa del Rey de 2005 el equipo descendió en 2009 cuando ya eran algo más que sospechas la irregular gestión de la entidad.
Bajo su mandato compareció en Europa varias temporadas y jugó una Liga de Campeones. Suyos fueron los fichajes de Jarni, Alfonso, Finidi o Denilsson, entonces el más caro de la liga española. Y suyo fue también el inicio de la reforma del estadio. Lopera se desdijo meses más tarde y renombró el estadio de Heilópolis, pero era su forma de hacer. Igual que cuando protagonizaba episodios histriónicos con el entonces presidente del club rival.
Sin embargo, la estrella de Lopera al frente del Betis empezó a declinar en 2006 por la acción de la justicia. Gestión irregular sentenciada por Hacienda, venta opaca de acciones paralizada por la juez Alaya… Un proceso que acabó con la intervención judicial del club y, años después, con la venta definitiva de esas acciones a los actuales gestores. Un periplo de 15 años con claros, pero sobre todo oscuros. Como aquel histórico episodio de humor negro que protagonizó en Canal Sur.