Comienza una semana clave para Reino Unido. Carlos de Inglaterra será coronado como Carlos III el próximo sábado, en una ceremonia ancestral cargada de simbolismo y a la que acudirán 2000 invitados
Es un acto de 900 años lleno de tradición y simbolismo. El orbe, el cetro y la corona nos recuerdan que el rey de Inglaterra está por encima de lo humano y que además es la cabeza de la iglesia anglicana, para ello será ungido con aceite sagrado traído expresamente desde Jerusalén.
La famosa piedra Scone, o piedra del destino que ha estado presente en las coronaciones de todos los reyes escoceses, acaba de llegar a Londres desde Edimburgo. Encima de ella se colocará la histórica Silla de la coronación que también preparada.
Una pompa y boato que el nuevo monarca quiere adaptar a los nuevos tiempos. Para ello los 8.000 invitados que acudieron a la coronación de su madre ahora se quedarán en 2.000. Y en su afán por hacer partícipe al pueblo , será este el que realice el juramento de lealtad al nuevo monarca que antaño realizaban los aristócratas. Para que todos los que quieran lo realicen al unísono en parques , calles o desde sus casas.
El príncipe Guillermo será convertido en ese mismo acto en príncipe de Gales y será el el que realice las funciones del duque de Edimburgo , arrodillándose ante su padre. Y su hijo, el pequeño George tendrá un papel protagonista en la ceremonia.
Habrá conciertos, comidas callejeras y fiestas solidarias. El objetivo del nuevo rey es que sea un gran fin de semana festivo para todo el Reino Unido que ya está colgando el cartel de no hay billetes.