Ovación al pasodoble de Martínez Ares dedicado a la violencia vicaria
De una manera estremecedora el compositor y letrista denuncia a esos padres que buscan dañar a la mujer a través de los hijos
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El pasodoble dedicado a la violencia vicaria ha levantado al Falla. Con gran maestría, lo que aparentemente era una oda a la paternidad y la descripción de un feliz fin de semana de un padre con sus hijos, ha terminado con un final inesperado que nos ha recordado casos como el de José Bretón. ‘El mayor con siete añitos, el pequeño con tres… vamos a ir a una casita que está en el campo...’ ‘Yo soy un super papá’ ‘Huele a tragedia… huele a venganza’
Un final estremecedor para un pasodoble que denuncia el daño que hacen los hombres a sus mujeres a través de sus seres queridos y especialmente de sus hijas e hijos.
Martínez Ares presenta su alegoría a la rebeldía. Sus cuplés han estado dedicados en la primera función de semifinales al mundo del toreo, el pijerío y las mantillas denunciando la tortura animal. ‘Un circo romano’ han cantado estas ‘ovejas negras’ antitaurinas.