Hace 40 años que iniciaba su carrera de forma meteórica, y han pasado 35 tras su caída en desgracia.
El 28 de febrero de 1987, la portada de la revista británica New Musical Express publicaba: El nuevo príncipe del pop: Terence Trent D’Arby Por entonces el aún desconocido músico acababa de publicar su primer single, If You Let Me Stay, y en el mes de julio, se publicaba el álbum, Introducing The Hardline According To Terence Trent D’Arby, que vendió un millón de copias en los tres primeros días y fue número 1 en Reino Unido durante nueve semanas consecutivas.
Vendió ocho millones de discos en el mundo, obtuvo un Grammy al mejor vocalista.
Terence nació en Nueva York en 1962. Su madre era una cantante de góspel, en su adolescencia se mudaron a Florida, y allí él se aficionó al boxeo.
A los 17 años ganó el campeonato estatal, se alistó en el ejercito, vivió en Frankfurt, y después de que el ejército lo echara por indisciplina se instaló en Londres, donde consiguió un contrato discográfico con CBS.
No solo era cuestión de talento musical. Tenía belleza física y una presencia magnética.
El 23 de octubre de 1989, D’Arby publicó su segundo álbum: Neither Fish Nor Flesh. A soundtrack of love, faith, hope and destruction (“Ni carne ni pescado. Una banda sonora de amor, fe, esperanza y destrucción”).
Fue un tremendo batacazo; tenía por entonces 27 años y pensó “Estoy pagando el precio de querer subir muy arriba”. El artista presentó entonces un tercer álbum, Symphony Or Damn, que le supuso un pequeño impulso de popularidad, con singles de éxito como Delicate.
Terence finalizó el milenio oficiando como vocalista de INXS en la inauguración del Estadio Olímpico de Sídney. D’Arby y Michael Hutchence fallecido en 1997, fueron amigos en vida del segundo, y ésta fue la última aparición pública del artista antes conocido como Terence Trent D’Arby.
Sananda Francesco Maitreya es su nueva identidad, ahora está afincado en Milán, casado con la arquitecta y presentadora de televisión italiana Francesca Francone, como músico ha sido más prolífico que nunca, aunque a casi nadie ha llegado su trabajo.
Sananda Maitreya ha publicado nueve álbumes de estudio y cuatro en vivo según la crítica de gran calidad. Tal vez fue su dificultad para lidiar con la industria, el artista decidió salirse del juego y apostar por su propia tranquilidad y felicidad.