En la zona oriental de Andalucía, trescientos agricultores y ganaderos llevan cinco años con un proyecto de agricultura regenerativa para recuperar suelos y comercializar productos.
Una experiencia recogida en el documental Cabeza, corazón y manos. Todavía estamos a tiempo de recuperar territorios medioambientalmente degradados.
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Entre las provincias de Almeria, Granada, y también Murcia, se desarrolla un proyecto de agricultura regenerativa que es un paso más que la ecológica. La iniciativa se llama Alvelal, el acrónimo del territorio donde se ejecuta, Alto Almanzora, Los Vélez y el altiplano granadino. Un millón de hectáreas de terreno seriamente degradadas.
Lo cuenta desde Amsterdam, Astrid Vargas, una bióloga de la conservación que dirigió el programa de recuperación del lince ibérico y que es cofundadora del proyecto Alvelal.
La iniciativa se basa en el principio de los cuatro retornos. Retorno social para fijar población, retorno medioambiental para recuperar suelo degradado y retorno económico para que la actividad sea rentable. Junto a estos tres se une el retorno de la inspiración, menos tangible.
Todas estas ideas y la actividad de los últimos cinco años están recogida en un documental en el que participa Canal Sur y que se estrenó en el último festival de cine de Sevilla.
'Cabeza Corazón y Manos' da voz a Santiaga, Fran, Loly, Alfonso... a algunos de los que están desde el principio en un proyecto al que se han ido sumando otros.
Ante la incredulidad de los mayores, en la zona Alvelal están restaurando suelos con cubierta vegetal. La asociación lleva funcionando cinco años y cuenta ya con trescientos socios.
El proyecto no tendría sentido si no fuera rentable por eso han puesto en marcha líneas de negocio para la venta de aceite ecológico o de almendras. Y así nació Almendrehesa que comercializa pepitas de oro porque en la zona hay cien mil hectáreas de almendros de secano.
Alvelal intenta demostrar que aun hay tiempo para recuperar los territorios que el propio ser humano ha degradado en los últimos decenios.