Aprendes, aprendo, aprendemos

Estamos en el Centro Ocupacional Realidad 2001, en Granada, que parece de todo menos un centro al uso porque, en palabras de sus trabajadores, el director no dirige y el cuidador no cuida. Son todos compañeros, usuarios o no, que se prestan apoyo para conseguir unos objetivos comunes. Depende de la Fundación Purísima Concepción, de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias.

El trasiego en este lugar es continuo, llegan los autobuses y los que no duermen allí preparan los desayunos de los residentes, les acompañan a realizar su aseo diario, cumplen con un rol activo hasta que se marchan. Hay talleres de formación como el de Vida Independiente en el que reproducen una vivienda con todas las habitaciones de la casa y aprenden a hacer las camas, cocinar, lavar, tender, planchar. Autonomía diaria.

Conocemos a Sergio que gracias a lo que ha aprendido aquí desde hace unos meses trabaja a media jornada en un restaurante de comida rápida. Como él muchos de sus compañeros quieren tener una oportunidad en el mercado laboral y se preparan para ello como en la lavandería, cerámica, artes gráficos, elaboración de jabones.

El director del centro nos cuenta que lo que se necesita es que la sociedad comience a mirar con otros ojos y ofrezca oportunidad para que estas personas y puedan demostrar que cumplen con sus funciones. El modelo asistencial ha cambiado, nos cuentan, ahora cada persona participa y aporta en la medida de sus posibilidades, no hay un profesional haciéndolo todo.