La espantá de Los Compadres en una ganadería de toros bravos
El miedo a los toros bravos y la carga de trabajo hacen que Los Compadres salgan escopeteados. Está claro que no es su trabajo ideal.
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Los Compadres prueban suerte como ganaderos de toros bravos. Lo hacen en la Ganadería Acosta, de gran tradición, en San Juan del Puerto, Huelva. El inicio de jornada no puede ser mejor: un desayuno de ibéricos. "Como Dios manda", dicen. Ellos creen que el trabajo del dueño, Marcelino, es coser y cantar.
Lo primero que tienen que hacer es aprender a montar a caballo. ¡Catastrófico! Alberto necesita una escalera y el pantalón de Alfonso no tiene la holgura necesaria para estar cómodo. 
Otra de sus tareas es separar a un ternero recién nacido de su madre e identificarlo. Y las labores siguen...hay que alimentar a los toros bravos. Cuando ven la cantidad de fardos de paja, 3.500 kilos, para repartir entre el ganado, se echan a temblar. 
Y cuando Marcelino les anuncia que el trabajo no ha acabado y que tienen que seleccionar a las mejores vacas para su reproducción, Los Compadres no se lo piensan dos veces y dan la espantá.
