Aunque un poco tarde, la dotación de agua permite a los agricultores del Bajo Guadalquivir plantar de nuevo el tomate para industria.
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Esta semana han terminado de plantar el tomate para industria en Lebrija. Van un poco tarde, cuando les han dicho de cuánta agua para regadío disponen, pero los agricultores de la zona están ilusionados porque vuelven a un cultivo tradicional que no pudieron plantar por falta de agua las dos campañas anteriores.
En los campos del Bajo Guadalquivir, Sevilla, han tenido unas semanas de actividad frenética. Han plantando pimientos, calabacines, berenjenas y, sobre todo, tomates. La falta de agua de 2022 y 2023 arruinó las campañas de esos años y dejó inactiva parte de la cooperativa Las Marismas de Lebrija.
Los socios de esta cooperativa han plantado 1150 hectáreas de tomate. En la comarca, conocida como el sector BXII se cultivarán en total unas 2.000 hectáreas. El tomate es oro rojo para la zona. Su cultivo y el proceso industrial posterior mueve 50 millones de euros en la comarca cada campaña.