Para hablarnos del impacto en la salud mental de la población, tanto de las zonas afectadas como de fuera, en Despierta Andalucía hablamos con el psicólogo Manuel Salgado.
"Tardará un tiempo en que la gente vaya normalizando" todo lo ocurrido.
"A los niños también hay que explicarles lo que está pasando".
La DANA que nos ha golpeado no solo ha dejado secuelas materiales, sino que también está teniendo un fuerte impacto en la salud mental de la población, tanto de las zonas afectadas como de fuera.
Para hablarnos de las heridas emocionales que deja una tragedia de estas dimensiones, en Despierta Andalucía contamos con el psicólogo Manuel Salgado.
"En ocasiones puede haber un exceso de consumo de información, que puede crear mucha sensibilidad, y puede haber gente que lo viva en primera persona aunque esté a kilómetros de distancia", ha explicado. "Tardará un tiempo en que la gente vaya normalizando" todo lo ocurrido.
Considera el psicólogo que puede afectar más "a las personas mayores que están en soledad" y también a los niños, a quienes "hay que explicarles lo que está pasando, incluso usar el juego, para explicarles y que ellos entiendan lo que hay", asegura, y siempre "en función de las edades que tienen. Obviamente no es lo mismo explicarle a un adolescente o a un niño de 10 o 12 años, que a un niño de cinco años".
"Es curioso", nos dice, "hay personas que piensan que los niños no entienden nada, que los niños no son personas, que los niños no tienen sentimientos". Sin embargo, resalta que "los niños sufren". Y "a veces sufren porque no saben lo que está ocurriendo. Oyen cosas, ven a los padres que no están bien que no están tranquilos, que están nerviosos", explica.
"Es importante la información, pero la información que esté verificada", y llama la atención sobre mucha de la información que les llega a los niños y adolescentes por redes sociales, que "puede ser más confusa".
Respecto a cómo puede afectar la tragedia a la salud mental de la población de las zonas damnificadas, Salgado explica que "con todo lo que ha ocurrido hay un riesgo mayor de conductas que vayan orientadas al suicidio", y matiza que "la gente que se suicida no quiere dejar de vivir, quiere dejar de sufrir".
"Hay personas que ven en el futuro una desesperanza, una indefensión", y por ello considera importante "transmitirles optimismo, (...) transmitirles que las cosas pueden resolverse".