La pandemia también ha hecho mella en los mercados de abastos. Las ventas han caído, muchos puestos han cerrado y y los comerciantes han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos. El aumento de las ventas por teléfono y el reparto a domicilio han sido en muchos casos la tabla de salvación.
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A primera vista nada ha cambiado en los mercados de abastos andaluces. Arranca la mañana y cada cual sigue enfrascado en sus tareas . Los puestos se organizan y colocan con mimo su mercancía. No falta de nada, carne, pescado, verdura y fruta, los mejores productos frescos para llevar a la mesa. Pero el coronavirus lo ha cambiado todo. Si las ciudades ya no son las mismas, tampoco los mercados, lugares clave donde tomarle el pulso a lo que sucede en la calle. La crisis ha vaciado los pasillos. La multitud se ha evaporado. Pocos se atreven todavía a recorrer este laberinto antes lleno de vida.
Los comerciantes se han ido adaptando a las circunstancias. La mañana avanza y el teléfono no para de sonar. La misma rutina en todos los puestos. Los pedidos por email, pero sobre todo el teléfono, han suplido la presencia física de los clientes. Ahora pueden comprar los productos más delicados sin salir de casa, lo que exige un gran margen de confianza.
La parálisis provocada por el covid ha pasado factura. La mitad de los puestos ha echado el cierre, pero a otros no les ha dio mal. Los comerciantes se reinventan y se han organizado entre ellos para hacer un único reparto que llega a su destinatario a la mayor brevedad
La experiencia está siendo tan positiva que muchos piensan que ha llegado para quedarse. Pero a otros no acaba de convencerles. Se echa en falta el contacto directo. A medida que se relajan las exigencias para salir a la calle, los consumidores vuelven a asomar tímidamente y son muchos los que prefieren hacen la compra a la vieja usanza
La percepción de los consumidores es que ha subido el precio de los productos, especialmente de carne y verdura. El precio de los alimentos registró en abril un incremento del cuatro por ciento con respecto al mes de marzo. La fruta, el pescado y la carne de cerdo son algunos de los productos que se han encarecido, aunque no lo perciben así en los puntos de venta
El cierre de la hostelería también ha hecho estragos en los mercados. Afortunadamente las cosas van cambiando. Mientras la vida intenta parecerse poco a poco a lo que tuvimos, el sector pide confianza a los ciudadanos e insiste en el consumo de productos de proximidad.