Matías Campos, un grande del baile flamenco con sólo 14 años y ganador de "Tierra de talento"
El joven bailaor se ha subido a lo más alto de la séptima edición de "Tierra de talento". Sus actuaciones siempre han fascinado al jurado. En esta última su sentimiento ha traspasado el escenario y el jurado no ha podido contener las lágrimas ¡Cuánta emoción!
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Un talento innato y un trabajo constante han llevado al malagueño Matías Campos de 14 años a lo más alto de la séptima edición de "Tierra de talento" en la categoría infantil. El bailaor lo ha vuelto a hacer. Ha sorprendido al jurado con una novedosa puesta en escena homenajeando al maestro Mario Maya por martinete. Antes de comenzar la coreografía, anunciaba que iba a disfrutar y así ha sido.
Ha puesto el alma en cada movimiento y los miembros del jurado se han contagiado de su emoción. Antes de los dos minutos y medio ya habían encendido las cinco estrellas. Jesús Reina ha valorado que Matías Campos tiene "muchos dones: humildad por el trabajo constante; valentía; sentimiento; intención de qué es lo que quieres decir e ir hacia ello; y un don divino para que con tu actuación nos liberes".
India Martínez se ha quedado sin palabras. Ha confesado que no ha llorado tanto con un baile y lo que ha hecho Matías Campos "es increíble: interpretar y sentir. ¡Dios!".
Y Antonio Canales está muy orgulloso de Matías y se ha subido al escenario para alabarlo. Ha explicado que la cara del joven "está en trance porque hay que tener mucha locura para que salga ese danzarín y lo del estómago". Y los piropos van a más y reconoce que "hace muchos años que en este país no se baila como baila él".
Aquí tienes el video del anuncio de los dos ganadores de la séptima edición de "Tierra de talento".
Todas las actuaciones de Matías Campos en "Tierra de talento"
El joven bailaor llegó en el mes de marzo bailando por alegrías y consiguió las cinco estrellas del jurado. Después, en mayo fue su segunda actuación en el programa y tenía un gran reto: bailar una farruca con la coreografía del genio Antonio Gades; y con el maestro Antonio Canales por testigo y juez. Éste se deshizo en alabanzas.
Y con uno de los palos más difíciles del flamenco para el baile pasó a la Gran Final. Bailó por soleá. La exigencia de bailar en un espacio muy reducido y a la forma antigua, pusieron a prueba la expresividad del bailaor, consiguió por tercera vez entusiasmar a todos los miembros del jurado.