Antonio, restaurador de las vidrieras de la Catedral, de la Basílica del Gran Poder y de la Macarena
Es uno de los últimos vidrieros artesanos, y destaca por utilizar técnicas artesanales del siglo XVII. Trabaja entre herramientas centenarias y cristales de colores, y se ha encargado de restaurar las vidrieras de algunos icónicos edificios históricos de Sevilla.
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No sabemos si a lo que vamos a ver ahora se le puede llamar oficio o arte. O las dos cosas.
Conocemos a Antonio Javier que a día de hoy sea posiblemente uno de los últimos vidrieros de toda España.
Tiene un taller artesano en Sanlúcar la Mayor, Sevilla, y con sus manos trabaja técnicas que son del siglo XVII.
Es un reconocido artesano del vidrio, un oficio en peligro, aunque él viene de una tradición familiar iniciada por su padre en 1963.
Ha trabajado en numerosas vidrieras para iglesias y hermandades en Sevilla, destacando su labor en la restauración de vidrieras históricas como las de la Catedral, las de la bóveda de la Macarena y las de la Basílica del Gran Poder.
Su padre es el autor de las vidrieras del Santuario de Regla y su hijo quiere continuar con la tradición familiar.
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