Agua al límite, la conservación de nuestros cauces

Una sequía persistente, en un escenario de cambio climático, no sólo afecta a sectores como la agricultura o el turismo, además de complicar el abastecimiento urbano, sino que también repercute en la conservación de nuestros cauces.

Las lluvias caídas en lo que llevamos de año hidrológico, a comienzos de otoño, no han mejorado la situación en Andalucía. El agua acumulada en los embalses no cesa de disminuir con 1.000 hm3 menos que hace un año.

Esta situación de sequía extrema ya lleva para cinco años estresando al Medio Ambiente, a nuestros ríos y acuíferos y por tanto a plantas y animales. También está lastrando a la agricultura y a la ganadería, con serias consecuencias económicas. Pero pronto se cumplirá un año de los primeros cortes o severas restricciones de agua potable para la población en el norte de Córdoba.

Y ahora ya son más de cien los municipios de Andalucía con problemas o recortes de suministro. El agua -algo que, cuando sobra, malgastamos o despreciamos- es ahora una de las mayores preocupaciones de los andaluces. Y amenaza con convertirse en un auténtico quebradero de cabeza a lo largo de este año 2024.

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