Rodeadas de instalaciones industriales y campos de cultivo, las lagunas de Palos, en la costa onubense, son un llamativo oasis ecológico.
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A poco más de diez kilómetros del centro de Huelva capital, muy cerca del Atlántico y pegada a la carretera que va a Mazagón, se esconde una isla de biodiversidad. Sorprende encontrar tal cantidad de vida animal y vegetal en un espacio que está rodeado de industria y campos de cultivo intensivo.
Son unas lagunas muy singulares tanto por su génesis como por las comunidades que lo habitan y ese entorno que le rodea.
La recuperación de este espacio tan valioso como degradado comenzó hace 25 años. En ese momento la petrolera CEPSA, propietaria de la mayor parte del terreno, y la Junta de Andalucía impulsaron los trabajos en esta zona para devolverla a su estado original.
El objetivo actual es, no solo recuperar, sino proteger las lagunas de la presión que sufren cotidianamente.
No te pierdas el vídeo para conocer más de este proyecto.