Canal Sur Televisión | Miércoles, 23:45 horas
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La Esclava Blanca | Capítulo 10

Remedios sufre un grave accidente tras la boda de Nicolás y Victoria, que la postra en cama y que apunta a una invalidez permanente para el resto de su vida. Remedios cayó en la trampa que Victoria había ideado para Nicolás en sus deseos de venganza, siendo su mejor amiga y compañera la que sufrió las graves consecuencias de la ira de la Marquesa.

Remedios sufre un grave accidente tras la boda de Nicolás y Victoria, que la postra en cama y que apunta a una invalidez permanente para el resto de su vida. Remedios cayó en la trampa que Victoria había ideado para Nicolás en sus deseos de venganza, siendo su mejor amiga y compañera la que sufrió las graves consecuencias de la ira de la Marquesa.

Morales, comido por los remordimientos de los hechos ocurridos cuando Victoria era una bebé y murieron sus padres en el incendio del Edén, empieza a ver fantasmas del pasado y a sentirse temeroso. El espíritu de los Quintero merodea por la Hacienda atormentando al capataz, lo que será aprovechado por Victoria para su causa, enfrentándose a él por el trato que inflige a los esclavos. Ahora, la señora de Parreño, es dueña de la hacienda y de los esclavos y no a va a permitir los abusos cometidos en el pasado.

Miguel, bajo la identidad de Julio Vallejo, es rescatado de la prisión de Honda por Felipe Restrepo, que así le devuelve el favor que éste le hizo cuando estaba en la cárcel. Acogido y protegido por su salvador, se sincera sobre su verdadera identidad y situación. Los hermanos Restrepo –Felipe y Catalina- resultan ser dos revolucionarios defensores de la justicia, con una trayectoria de consolidación de las leyes abolicionistas en todo el país y enterados de la situación de los esclavos de Santa Marta decidirán unirse a la causa negra y defender a Miguel y los suyos.

Gabriel, el hijo díscolo del General Márquez, se revela como un magnífico músico, que hace las delicias de Isabelita. Su padre, por el contrario ve en él un vago sin rumbo y termina por echarlo de la casa. Finalmente termina en la alegre pensión de los músicos.