El mercado internacional ha servido para amortiguar los efectos del Covid-19 en las bodegas del marco de Jerez. Aun así, queda por resolver el problema de los excedentes y la próxima vendimia.
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El vino de Jerez hace frente a la pandemia y obtiene mejores datos de lo esperado a pesar de la crisis. Las exportaciones han mitigado el impacto del COVID-19 en las ventas del últimos mes, con una caída en torno al 18%. La buena marcha de las ventas al exterior compensa las pérdidas por el cierre de bares y restaurantes en nuestros país. Además, el sector se enfrenta a la incertidumbre de lo que pasará con la próxima cosecha.
El marco de Jerez afronta una campaña muy complicada, pero la suma de problemas derivada de la crisis no altera el trabajo en el campo, donde las labores propias de la época siguen como si la vida no hubiera cambiado.
Los datos de abril no han sido tan malos como se esperaba. El buen comportamiento de las exportaciones ha dado un respiro. El vino de Jerez está presente en todo el mundo. Es un sector muy heterogéneo con pequeñas empresas que podrían desaparecer y grupos enormes y diversificados, preparados para aguantar mejor el chaparrón.