Su pasión está en hacer crecer la fábrica de quesos que su abuelo fundó en Castilleja del Campo

José Carlos, tiene 38 años y sabe desde niño que su lugar en el mundo está en Castilleja del Campo.

Desde que terminó su amplia formación de Ingeniería Informática y de Finanzas y Contabilidad en Sevilla, ha recibido suculentas ofertas de empleo de las firmas más importantes de consultoría del mundo, pero José Carlos las rechazaba sin pesar, porque él tenía una misión que cumplir en su vida: volcar todos sus conocimientos y su pasión en hacer crecer la fábrica de quesos que su abuelo fundó en el año 1972.

Con este objetivo, dejó la ciudad para volcarse en el negocio familiar que ahora está en pleno relevo generacional y va a ser este joven el que va a tomar el testigo de su tía, quien hasta ahora ha dirigido la empresa.

Las raíces tiran mucho en José Carlos que desde chico ha vivido intensamente las tradiciones y costumbres de este pequeño pueblo del Aljarafe sevillano. En la actualidad, su empresa familiar da trabajo a 75 personas de la zona y sigue en expansión.