Una hipótesis, la de la venganza, que desvela una conversación en Telegram entre varios de los narcos participantes en el ataque a los agentes de la Guardia Civil.
Kiko "El Cabra" debe su mote a su manera temeraria de pilotar narcolanchas. Cuenta con un amplio historial delictivo en el campo de Gibraltar. Su nombre es Francisco Javier, tiene 46 años y se le conocen, al menos 15 como piloto de lanchas para el narcotráfico.
Aunque ahora se dedica al tráfico de hachís desde Marruecos a España, antes se dedicó al contrabando de tabaco en moto entre Gibraltar y La Línea de la Concepción, actividad que le ha deparado un alto nivel de vida que nunca ha ocultado. Tiene antecedentes penales por delitos de resistencia a la autoridad y blanqueo de capitales.
Tras este atentado del viernes a los agentes de la Guardia Civil está la anunciada venganza de Kiko "El Cabra" por la muerte el pasado 31 de enero de Marcos, su socio, otro conocido piloto de narcolanchas en la zona.
Murió al estrellarse su lancha contra una patrullera de la Guardia Civil que les había localizado e identificado. Cuando los agentes se disponían a su arresto, los traficantes intentaron huir y terminaron impactando con la patrullera. El socio de El Cabra contaba con antecedentes por contrabando, tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal.
Una hipótesis, la de la venganza, que desvela una conversación en Telegram entre varios de los narcos participantes en el ataque a los agentes de la Guardia Civil. Mensajes en los que la agresividad a la hora de referirse a los agentes en el momento en que eran embestidos, no tiene límites. Les desean que se ahoguen, que sufran hipotermia, e incluso, que mueran. Hasta hablan de pasarles por encima. No hay en esta conversación detectada el menor atisbo de huir de la acción sin más, sino causar a los agentes el mayor daño posible.