Una finca de San Bartolomé de la Torre es la pionera en el cultivo de este fruto tropical que sólo necesita 2.500 hectómetros por hectárea, frente a los 4.500 que necesita la fresa.
La escasez de lluvias está obligando a muchos agricultores a buscar alternativas en cultivos que necesiten menos agua. Un ejemplo lo hemos encontrado en San Bartolomé de la Torre, en la provincia de Huelva. Se trata de una explotación experimental de maracuyá, un fruto tropical cuya producción se centra en los meses de julio y agosto y que cuenta con un gran aporte de vitamina C, potasio y calcio, además de una gran concentración en antioxidantes.
Algunos agricultores están comprobando que cultivos como éste requieren menos riego que otros más tradicionales en la provincia de Huelva. Y es que, frente a los 4.500 metros cúbicos que necesita la producción de una hectárea de fresa, el maracuyá sólo demanda 2.500, según explica Juan Moro, el propietario de una finca que visitamos.
En Huelva se está explotando una variedad nueva de este fruto adaptada a las características del clima de la zona. La rotación en su poda hace, además, que la cosecha sea constante durante prácticamente todo el año, con una producción por hectárea de entre 15.000 y 20.000 kilos de fruta.
Esta explotación, pionera en la producción del maracuyá en Huelva, de momento sólo vende a mercados internacionales, principalmente Alemania y Suiza, donde el consumidor llega a pagar un precio de hasta 15 euros el kilo.