Los agricultores se apresuraron a sembrar cereales ante la cercanía de la borrasca.
El agua ha beneficiado a coliflor, brócoli y remolacha y ha permitido la siembra de cebollas y zanahorias, descartadas por la falta de lluvia.
En el campo, las lluvias han salvado los cultivos de otoño y han animado a los agricultores a sembrar los de invierno. Eso si, tras la sequía que venimos arrastrando, dicen que tendría que llover mucho más para llenar los embalses y asegurar las cosechas del próximo año.
Los agricultores vieron venir la borrasca y se apresuraron a sembrar los cereales que ahora mismo, son la alternativa. Además, la lluvia ha beneficiado a algunos cultivos hortícolas, cuenta Luis que tiene una huerta en Lebrija.
La lluvia y el frío han mejorado la calidad de cultivos de otoño como la coliflor y el brócoli y, sobre todo, han animado a triplicar las hectáreas que se habían plantado. Ha pasado lo mismo con la remolacha de azúcar. Se han sembrado cerca de 2.500 hectáreas. Mientras que cultivos que no se iban a sembrar por la sequía, como las cebollas o las zanahorias se están plantando.
Los agricultores dicen que tiene que seguir lloviendo para que los embalses se llenen y se puedan garantizar las cosechas del próximo año.