El Melillero declara que "solo quería dar un susto a su exnovia"

Este lunes ha comenzado en la Audiencia provincial de Málaga el juicio a José Arcadio. conocido como "El Melillero", por el intento de asesinato con ácido de dos mujeres, una de ellas su exnovia, en la localidad malagueña de Cártama en el año 2021.

El acusado ha sido el primero en declarar y solo ha respondido a la fiscal y a su abogado. En su relato ha asegurado que "solo quería dar un susto a su exnovia" echándole en el coche  lo que él creía que era agua fuerte. En el banquillo de los acusados, junto a El Melillero se sientan otras cinco personas más, entre ellas la que presuntamente arrojó a las jóvenes un bote de un litro de ácido sulfúrico a través de la ventanilla del conductor en coche el que iban las dos mujeres. Se le conoce como El Poti y en su declaración culpa de todo a El Melillero, asegurando que fue él quien les echó el ácido. Además mantiene que, tras la agresión, miró a Sandra y rio.

Otro de los 4 acusados ha manifestado que fue El Melillero el que le encargó comprar el ácido. Lo hizo por Internet, porque quería el más puro y con mayor porcentaje de sulfúrico. Las declaraciones de Sandra y Cristina se prevén el lunes que viene sin contacto visual con los acusados.

El ministerio público pide 51 años y medio de cárcel para El Melillero y 38 años y cuatro meses para El Poti por dos delitos de asesinato en grado de tentativa, organización criminal y amenazas graves.

GRAVES SECUELAS 

José Arcadio, alias el Melillero, atentó contra la vida de su expareja, Sandra, el 12 de enero de 2021. Ordenó al otro procesado, el Poti, que le arrojase -presuntamente- ácido sulfúrico a través de la ventanilla semiabierta del vehículo en el que iba con una amiga de copiloto, Cristina. Sufrieron quemaduras en el 45 y el 25 % del cuerpo, respectivamente y se temió por sus vidas.

Sandra ha precisado doce intervenciones quirúrgicas. Presenta un leucoma corneal izquierdo "que deja una agudeza visual de 0,1", dificultad para la deglución de líquidos y, en ocasiones, sólidos; además de limitaciones de movilidad de múltiples partes del cuerpo.

Tras el ataque El Melillero logró evitar su detención con una huida por toda la provincia durante 4 días, que incluyó persecuciones a 200 kilómetros por hora. Finalmente fue arrestado en un cortijo escondido. LLevaba consigo 50.000 euros. Le constaban numerosos antecedentes penales con sentencias firmes por robo, lesiones, contra la seguridad vial, hurto, conducción temeraria e incluso ya fue condenado por un delito de malos tratos en el ámbito familiar contra otra expareja sentimental