La crecida dejó impracticables los caminos de acceso.
En las localidades malagueñas más afectadas por el temporal se sigue trabajando a destajo para recuperar la normalidad.
Después de nueve días de aislamiento, una pareja de vecinos de Álora (Málaga) ha logrado salir de su casa. El desbordamiento de los arroyos cercanos dejó a esta familia y a muchas más aisladas en esta localidad, y en otras cercanas, como Cártama o Pizarra.
A Ana y Carlos les ha sonreído por fin la suerte. Han podido salir después de nueve días de su casa, que se quedó aislada al desbordarse el arroyo Piedras, en la zona de Lajaprieta, en Älora. El camino, que había sido arrasado por la crecida, ha quedado ya despejado y han podido acudir a su cita médica.
También en Alhaurín de la Torre y Campanillas se trabaja con mucha dificultad gracias a la ayuda de voluntarios.
La situación se repite en el valle de Abdalajís, donde a muchos todavía les cuesta creer que lograran salvarse hace nueve días, cuando el río bajaba con mucha furia.
Quitar el barro y el lodo acumulado es una labor difícil. Voluntarios de la Universidad de Málaga están colaborando en estas labores que aún durarán un tiempo en todos los municipios afectados.
Álora fue el epicentro de las consecuencias del temporal de la semana pasada en la provincia de Málaga. Llegaron a caer unos 60 litros de agua por metro cuadrado durante la noche y la madrugada, y otros 130 entre las 7:00 y las 11.00 horas del día siguiente.