Los trabajadores del Tívoli patrullan para evitar vandalismo en el parque, cerrado desde hace tres años
Se organizan para hacer rondas 24 horas al día y han instalado un sistema de cámaras de vigilancia.
Han frustrado sesenta incursiones ilegales en el recinto.
Desde que Tívoli cerró, los propios trabajadores forman patrullas de vigilancia y de mantenimiento para evitar el deterioro del parque. Con ayuda de un sistema de cámaras de seguridad que ellos mismos instalaron, han podido detectar más de sesenta incursiones ilegales.
Casi tres años lleva ya cerrado Tívoli World. Tres años sin que podamos disfrutar del emblemático parque parque de atracciones de la Costa del Sol. Las patrullas de seguridad formadas por los trabajadores actúan día y noche para evitar que se cuelen vándalos o curiosos que intentan grabar alguna imagen viral.
Este mes de agosto, por ejemplo, un grupo de jóvenes se coló en el famoso pasaje del terror, que ahora abandonado por parte de la empresa propietaria, da más miedo que nunca.
Los empleados se organizan 24 horas al día haciendo rondas en el parque. Cuando detectan a los intrusos, llaman a la Policía que los identifica y en algunos casos proceden a su detención. La vigilancia diaria de estas patrullas y la rápida actuación de la policía impiden que los intrusos cumplan sus objetivos. La mayoría de las veces les mueve la simple curiosidad o captar algún vídeo viral para alcanzar un minuto de gloria en las redes.
El Tívoli, situado en Benalmádena, abrió por primera vez en mayo de 1972 y fue el único parque de atracciones de Andalucía durante años. El próximo 13 de septiembre la Sala del Tribunal Supremo se reúne para decidir si habrá subrogación del polémico contrato. Mientras, sus incansables trabajadores no pierden la esperanza y seguirán luchando para que vuelva a abrir sus puertas lo antes posible.
