La Sepi lo ha comunicado hoy a la empresa. Considera que no está demostrada la viabilidad de la empresa en el futuro y que no está garantizada la devolución de ese dinero en forma de préstamo
Eso deja a la compañía andaluza y a sus once mil trabajadores ante un futuro incierto que pasa por su liquidación o porque sus acreedores decidan a contrarreloj una quita importante de su deuda, cercana a los seis mil millones de euros.
La plantilla ha iniciado en las últimas horas una acampada junto a la Delegación del Gobierno.
Ya es oficial, Abengoa no recibirá dinero público. La Sepi, que depende del Ministerio de Hacienda, lo ha comunicado hoy a la empresa. Eso deja a la compañía andaluza y a sus once mil trabajadores ante un futuro incierto que pasa por su liquidación o porque sus acreedores decidan a contrarreloj una quita importante de su deuda, cercana a los seis mil millones de euros.
A Abengoa no la rescata el Gobierno, así que se cae su plan A. Ya es oficial desde este martes, que no se le concederán los 249 millones de euros que había solicitado. Se le deniegan por dos motivos: porque no está demostrada la viabilidad de la empresa en el futuro y porque no está garantizada la devolución de ese dinero en forma de préstamo.
El siguiente paso para Abengoa es el plan B. Dividir la empresa en partes para salvar las que sean rentables de verdad, como la firma Abenewco, y llevar a concurso de acreedores las inviables, que aún no estén en este proceso. Es la única forma de saldar las deudas financieras y con proveedores de casi 6.000 millones de euros.
Mientras, los trabajadores, cerca de dos mil en Andalucía, muestran su indignación a esta respuesta de la sociedad estatal de participaciones industriales, la SEPI. La plantilla de momento se va a quedar acampada ante las puertas de la Subdelegación del Gobierno en Sevilla, están convencidos que hasta el jueves quedan horas para que el Ejecutivo se replantee su respuesta.
LA RESPUESTA DE LA SEPI
Abengoa había presentado alegaciones a los informes de Sepi, que ya había desestimado la petición de 'rescate' público para seis filiales del grupo (Abengoa Energía, Abener Energía, Abengoa Agua, Inabensa, Abengoa Operación y Mantenimiento y Abengoa Solar España). La compañía buscaba con esta inyección un plan para garantizar su viabilidad futura y evitar un nuevo concurso de acreedores.
Las alegaciones presentadas por la compañía "no desvirtúan la existencia de los riesgos e incertidumbres expuestos en los informes de los asesores".
Asimismo, señalaron que la resolución ha concluido en sentido desfavorable "al no estar demostrada la viabilidad y no estar garantizado el reembolso del préstamo solicitado".
Este lunes, el Consejo de Ministros ya autorizó ayudas para un total de seis empresas, entre las que figuraba Celsa, aunque dejó fuera a Abengoa, en la que era prácticamente la última oportunidad para recibir el rescate para la ingeniería andaluza, ya la vigencia del fondo expira a finales de este mes.
La denegación de la ayuda pública hace prácticamente decaer el plan para que el fondo estadounidense Terramar aportara 200 millones de euros a cambio del 70% capital, ya que estaba vinculado a la inyección de dinero público.
Así, Abengoa queda abocada hacia el que puede ser uno de los mayores concursos de acreedores de la historia empresarial española, con un agujero de casi 6.000 millones de euros.
Ahora, la compañía, cuya matriz está en concurso desde febrero del año pasado, deberá optar por el marco de la Ley Concursal y decidir si amplia ese concurso al grupo o si distintas sociedades del mismo piden preconcurso y concurso.