Los restos del general franquista, los de su mujer y los del general Francisco Bohórquez se han exhumado en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática.
Al paso del coche de Queipo se han oído vítores y aplausos de la familia y la voz de Paqui Maqueda, activista memorialisa, que ha pedido honor y dignidad para las víctimas
La Hermandad de la Macarena pide quedar al margen de polémicas políticas tras la exhumación de Queipo y ha abierto sus puertas con normalidad. En la zona donde estaban las tumbas aparece ahora cubierta con una alfombra y acotada al paso.
Esta madrugada salían de la basílica de la Macarena de Sevilla los restos mortales del general franquista Gonzalo Queipo de Llano, de su esposa Genoveva Martí, y del general Francisco Bohórquez en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática. A las 2 y 20 de la madrugada era trasladado en una furgoneta funeraria que portaba sus restos y los de su mujer Genoveva Martí. Poco antes de la medianoche otro coche fúnebre sacaba del templo los del general Bohórquez. Sus cuerpos fueron enterrados aquí hace 61 años.
Al paso del coche de Queipo se han oído vítores y aplausos de la familia y la voz de Paqui Maqueda, activista memorialisa, que ha pedido honor y dignidad para las víctimas y ha nombrado a algunas de ellas. Maqueda ha expresado su satisfacción porque se salda, dice, una deuda histórica. Queipo de Llano es responsable de firmar 45.000 condenas de muerte, más de 3.000 en Sevilla.
Los familiares de Queipo de Llano y de Bohórquez llegaban poco después de las 9 de la noche, cuando se ha cerrado el templo al público. Por la mañana, la Basílica de La Macarena de Sevilla ha abierto sus puertas con normalidad y con la zona donde estaban las tumbas cubierta con una alfombra y acotada al paso.
El hermano mayor de la hermandad, José Antonio Fernández Cabrero, cumple así con el requerimiento formulado por el Gobierno central hace dos semanas para que exhumara los restos de los militares a la mayor brevedas. Lo hace en cumplimiento de la reformada ley de Memoria Democrática que prohíbe la presencia de restos de dirigentes del golpe de Estado de 1936 en lugares preeminentes de acceso público.
La Hermandad de la Macarena ha pedido este jueves "ser dejada al margen de cualquier polémica ideológica y política ajena" a sus fines y "desaparecer del foco mediático" una vez resuelta la exhumación. Así lo asegura la Hermandad en un comunicado en el que explica que la exhumación "se ha realizado en la más estricta intimidad y con absoluto respeto a los familiares presentes" a través de "un procedimiento que ha contado con el consentimiento de ambas familias" y subraya la "disposición de ambas familias a colaborar con la corporación macarena para llevar a buen término esta acción evidenciando así su consideración hacia esta institución".
Ni la Hermandad ni ningún organismo oficial había comunicado que las exhumaciones se iban a llevar a cabo este jueves. De hecho, la basílica permaneció abierta al culto con normalidad y a las nueve de la noche, ya cerrada, fue cuando llegaron los operarios y los familiares de Queipo y de Bohórquez.
Ningún representante del Gobierno español ni de las asociaciones de memoria histórica estuvieron esta madrugada en la exhumación. Tampoco era obligatoria una comunicación previa de la exhumación a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, que en la mañana de este jueves ha recibido una comunicación oficial de la Hermandad de la Macarena de que se ha realizado la exhumación de Queipo de Llano, de su esposa, Genoveva Martí, y del general Francisco Bohórquez. Los familiares de los exhumados no tienen la obligación de comunicar el destino de los restos mortales al Gobierno, según la nueva Ley de Memoria Histórica y Democrática, que solo impide que se vuelvan a depositar en un lugar preeminente, han añadido fuentes del Ejecutivo.
Cuando se empezó a conocer a través de las redes sociales y de los medios de comunicación que se estaba produciendo la exhumación ya era noche cerrada y poco a poco fueron llegando los periodistas, con las puertas del templo completamente cerradas.
A las 23.50 horas, todavía del miércoles, salió un coche fúnebre con los restos de Bohórquez y poco después volvían a oírse las máquinas taladradoras levantando las tumbas de Queipo -considerado el responsable del fusilamiento de más de 45.000 personas- y su esposa.
Hubo que esperar más de dos horas para que llegara una furgoneta fúnebre de color blanco y a las 2.20 horas del jueves las puertas se volvieron a abrir y salieron en esa furgoneta los restos del general Queipo de Llano, enterrado en la Macarena hace 71 años, y su cónyuge Genoveva Martí.
Poco antes habían salido por un lateral del templo una veintena de familiares de Queipo, que no quisieron hacer declaraciones a los periodistas, y que aplaudieron cuando salieron los restos del general, y un coche con miembros de la Hermandad de la Macarena que también habían asistido a las exhumaciones.
Justo entonces Paqui Maqueda, muy emocionada, comenzó a gritar "honor y gloria a las víctima del franquismo", "contra la impunidad" y a pronunciar los nombres de sus familiares víctimas de la represión.
En declaraciones a los periodistas, Maqueda, al borde del llanto, dijo que Sevilla "ha cerrado una etapa histórica" y que la Virgen de la Macarena "paseará por las calles de este barrio, que fue el último bastión antifascista más digna porque la Virgen de la Macarena es del pueblo".
Antes, cuando Maqueda esperaba la salida de los restos del que fue conocido como "virrey de Andalucía", señaló que estas exhumaciones eran "una asignatura pendiente de la democracia española" y que a partir de ahora Sevilla "es una ciudad más limpia de simbología del franquismo".
"Nos ha costado muchos lloros y gente que se ha quedado por el camino", añadió, y recordó la fosa común de Pico Reja en el cercano cementerio de Sevilla, de donde se están desenterrando los restos de cientos de represaliados.
LOS RESTOS HAN SIDO INCINERADOS
Los restos del general franquista Gonzalo Queipo de Llano, de su esposa, Genoveva Martí, y los del auditor de guerra Francisco Bohórquez, han sido incinerados en el tanatorio de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) y las cenizas han sido entregadas a las familias, han informado a EFE fuentes de la Secretaría de Estado para la Memoria Democrática.