Su fabricación ha corrido a cargo de la empresa francesa ArcelorMittal, líder mundial del acero.
Pero, curiosamente, el primer prototipo no se forjó en suelo francés, sino en España, en la planta que esta compañía tiene en Avilés.
Uno de los elementos esenciales en los Juegos Olímpicos es la antorcha. El diseño y fabricación de esta pieza para París ha sido innovador. Tiene sus curiosidades, entre otras cosas, el lugar dónde se realizó el primer prototipo.
La antorcha es la portadora de la llama, del fuego, que según la mitología griega Prometeo robó a los dioses del Olimpo para entregársela a la humanidad. Un símbolo, la herencia de una tradición que recorre caminos con el ideal, o la utopía, de la unidad de los pueblos y naciones. Cada cuatro años, traslada el fuego eterno desde el Templo de Hera, en las ruinas de Olimpia, hasta el lugar elegido. Esta vez París, que ha querido reflejar en esta pieza con un diseño innovador el deseo de paz.
Las antorchas para esta cita olímpica, dos mil unidades que habrán portado 11.000 relevistas, han sido producidas por la empresa francesa ArcelorMittal, líder mundial del acero. Pero, curiosamente, el primer prototipo no se forjó en suelo francés, sino en España, en la planta que esta compañía tiene en Avilés.
La impresión 3D permitió producir los primeros prototipos con unos espesores de pared de 0,7 milímetros, inusualmente estrechos para este tipo de diseño. Ya en Francia, fueron fabricadas al 100% con acero reciclado y energía renovable, en lugar del aluminio por tener un menor impacto en la huella de carbono.
Esta empresa acerera también ha realizado los anillos olímpicos que lucen en la Torre Eiffel, fabricados a partir de chatarra de acero.
Después de un largo recorrido la llama olímpica se acerca a su destino, que por primera vez no estará en un estadio olímpico, sino en pleno corazón de París, a orillas del Sena.