"La mañana de Andalucía" aborda el problema del acoso escolar

La mañana de Andalucía ha abordado el fenómeno extendido del acoso escolar dándole voz a víctimas y familiares para conocer por qué están fallando los controles y quiénes miran para otro lado cuando se denuncia un caso. Es el caso de María José, madre de Emilio, un niño granadino que sufrió un auténtico calvario sin que en el centro escolar hicieran caso a sus denuncias. Su 'pecado', ser un niño "gordito", como ha explicado su madre, lo que hacía que algunos niños en 5º de Primaria le dijeran "gordo, yo no hago contigo los deberes o los trabajos o hueles mal". Y cuando iba a su tutor o al director la respuesta era "que mi hijo no trabajaba, no atendía y si se lo decían se volvía agresivo y era su respuesta a que no entendieran lo que estaba denunciando". Y también ha tenido un reproche para los padres con los que "también hablaba pero nadie quería mojarse". De ahí que "me sentí muy sola y abandonada".

Todo ello le llevó incluso a repetir curso. Hoy, sin embargo, Emilio, con 17 años, es un estudiante brillante "porque yo nunca había visto antes un 10 y sus profesores dicen que ayuda a otros niños". Y buena culpa de ello lo tiene que "en el instituto sí tuve mucha ayuda del director y del jefe de estudios".

Emilio, por su parte, ha enviado un audio al programa en el que ha mandado un mensaje rotundo a quienes puedan estar pasando por lo que él pasó: "Estoy muy agradecido a mis padres. No penséis nunca en cosas raras, en suicidaros, que siempre hay una solución". 

En el programa también ha intervenido José Manuel Parada que es maestro, logopeda y creador de la Asociación Anti Bullying en Sanlúcar de Barrameda (ABSA) quien ha ofrecido una alarmante cifra: "En dos años hemos tenido cien casos y solo en tres los padres de los acosadores han reaccionado positivamente y han puesto fin al caso. La mayor parte son casos silenciados en los que no se abren protocolos".

Parada ha instado al profesorado y el personal directivo de los centros a que actúen porque "los niños acosados no suelen verbalizarlo". De hecho, él tiene un hijo que sufrió acoso durante cinco años y "no nos dimos cuenta". Así que subraya que "al más mínimo indicio tenemos que actuar, por ejemplo cuando un niño está siempre solo en el patio".

Además, este experto ha señalado que hay que cambiar la perspectiva actual y ha llamado la atención sobre que "siempre se pone el foco sobre el acosado y no sobre el acosador que no recibe reeducación sino un refuerzo positivo cuando ve que adquiere un estatus en el colegio, que otros tratan de imitarlo y que ve como es el acosado el que cambia de centro". Ese acosador "cuando sale del colegio se convierte en otro tipo de acosador".