El origen de la Saeta, es una cuestión bastante discutida. Por una parte están quienes sostienen que la Saeta popular procede de los cantos litúrgicos de la Iglesia, influenciados por los cantos primitivos cristianos, los almuedines y judeohebraicos. Otros, en cambio, les atribuye una raíz árabe relacionado con las llamadas a la oración de los almuédanos de las mezquitas andalusíes complementada por cantos judíos -salmodias sefardíes- y estructuradas por los cantos procesionales cristianos de los misioneros franciscanos en los siglos XVI y XVII, quienes llamaban “Saetas” a “ los avisos y sentencias que en forma de coplillas recitaban o cantaban por las calles en determinados momentos de sus misiones.
Históricamente también se dice que la villa de Marchena ha tenido una gran variedad de cantos orales nacidos en estas tierras. El vocablo “Saeta” y su primera utilización proviene de las Órdenes Franciscanas. De una u otro manera, lo que si podemos convenir es que la Saeta es un canto popular que se ejecuta al paso de las procesiones. Es una comunicación sentida y profunda entre el interprete y imagen de Jesús o la Dolorosa.
En cuanto a las Saetas nacidas en Marchena, hay que destacar la tarea desempeñada en estos años destinada a preservar la mayoría de tipologías existente. Investigado el amplio espectro musical se llegó a la conclusión de que algunos estilos más se han perdido por la falta de uso en alguna centuria. En este estilo último, nos encontramos con la Quinta y Sexta del Santísimo Cristo de San Pedro. Este canto lo iniciaron los hermanos de esta Hermandad, y se supone apareció a finales del siglo XVII o principios del XVIII. La Cuarta de Nuestro Padre Jesús Nazareno, es una Saeta de cuatro versos y de estilo recitado. Comenzaron a cantarlas sus hermanos sobre principio del siglo XVIII. Y añadimos la cuarta del Dulce Nombre y las Carceleras de la Virgen de la Soledad, que nada tiene que ver con el cante flamenco por carceleras.
La Saeta se canta en toda Andalucía, aunque existe un territorio que discurre desde Cádiz, Jerez y Málaga, convergiendo en Córdoba y Sevilla. Las “Saetas Flamencas”, que ahora se interpretan tienen 4 o 5 versos de 8 sílabas -octosílabos- Los estilos son tres, y corresponden a palos muy conocidos: Saetas por seguiriyas, martinetes y carceleras.
Hemos de trasladarnos al año de 1.880, para datar la transformación de la Saeta popular en “Saeta Flamenca”. Poco a poco la costumbre de cantarlas se extendió por el pueblo llano que la aflamencó, adoptándola a su propio estilo para expresar profundos sentimientos. De esta forma la Saeta se transformó hasta quedar en la forma actual, una copla de cuatro o cinco versos octosílabos cantada por martinetes o seguiriyas, palos que por su jondura se adaptaron perfectamente a la temática de la pasión de Cristo. Así pues se produce una evolución y una transformación. Y en este proceso intervienen los grandes nombres del cante de la época: Manuel Centeno, Antonio Chacón, Manuel Torres, el Niño del Museo y La Niña de los Peines.
La Saeta vivió en los años sesenta y setenta un periodo de decadencia. Desaparecieron los saeteros históricos, que transmitían de forma oral su saber y su arte. Las grandes de la copla se atrevieron con este difícil cante de la Saeta Rocío Jurado, Juanita Reina, o Marifé de Triana, entre otras. Hoy la Saeta resurge después de más de veinte años de trabajo de las Hermandades y Peñas flamencas, que alentaron las primeras escuelas de este cante, entre ellas la Escuela de Saetas de la Hermandad de la Sagrada Cena de Sevilla o la de la Hermandad de los Gitanos. También proliferaron los concursos de Saetas, que han permitido dar a conocer los nuevos valores de la Saeta.