Unos 244 millones de estadounidenses están llamados a las urnas. De ellos, 80 millones han ejercido su derecho al voto por adelantado.
Una jornada maratoniana de mítines cierra una campaña con resultados impredecible en la pugna entre los dos candidatos, Kamala Harris y Donald Trump.
Martes electoral en Estados Unidos. Unos 244 millones de estadounidenses están llamados a las urnas en una de las elecciones más disputadas de la historia del país. Deben decidir en manos de quién ponen las riendas del país, entre el candidato republicano, el expresidente Donald Trump (2017-2021), y la demócrata y actual vicepresidenta Kamala Harris.
Ambos cerraron este lunes una ajustadísima campaña con una jornada maratoniana de actos electorales.
Con unas encuestas que dan un verdadero empate técnico, la incertidumbre es máxima. Se calcula que unos 80 millones de personas han ejercido su derecho al voto por adelantado, según el recuento de la Universidad de Florida.
Trump se decantó por Carolina del Norte (Raleigh), Pensilvania (Reading y Pittsburgh) y Míchigan. En ese último eligió como escenario la localidad de Grand Rapids, la misma en la que concluyó sus anteriores dos carreras a la presidencia: en 2016, año en que venció a Hillary Clinton, y en 2020, cuando perdió ante Joe Biden.
Harris, en cambio, concentró sus esfuerzos en un único estado, Pensilvania, con eventos en Scranton, Allentown, Pittsburgh y finalmente Filadelfia, donde tuvo de fondo el Museo de Arte cuyas escalinatas popularizó Sylvester Stallone en la película 'Rocky' (1976).
Los dos aspirantes necesitan el voto de 270 de los 538 compromisarios del Colegio Electoral para proclamarse ganador este 5 de noviembre, pero la disputa se juega en verdad en siete estados: Pensilvania (19 delegados), Carolina del Norte (16), Georgia (16), Míchigan (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada (6).
Harris parece tener asegurado el apoyo de 226, por lo que necesita solo 44, y Trump parte con 219, según las previsiones de la cadena CNN.
La posibilidad de que se desaten episodios de violencia ha llevado al país a blindar no solo sus centros electorales y edificios simbólicos como la Casa Blanca. Algunos comercios y restaurantes han tapiado sus entradas.
La cúpula republicana sigue sin aceptar los resultados de 2020 y en este ciclo ha alentado de nuevo el fantasma del fraude. Este lunes el Comité Nacional Republicano, a modo de ejemplo, demandó a la comisión electoral de Milwaukee por el plan de la ciudad de reducir la presencia de observadores.
Se cierra así una campaña inédita, en la que a la renuncia a la reelección de Joe Biden en julio se sumaron dos intentos de asesinato contra Trump, que a su vez ha hecho historia por los juicios en su contra, dos de ellos, en Washington y Georgia, por intentar revertir los resultados de 2020 y otro en Nueva York donde fue declarado culpable de falsificación de registros comerciales.