Imágenes grabadas por un pasajero muestran daños en el fuselaje antes de que el aparato iniciara un aterrizaje de emergencia.
En el siniestro murieron 38 de las 67 personas que viajaban a bordo.
Las autoridades de Kazajistán han comenzado las investigaciones sobre las causa del accidente sufrido por un avión de las líneas aéreas azerbaiyanas, en el que murieron al menos 38 personas este miércoles. El siniestro ha suscitado diversas teorías, ente ellas la posibilidad de que fuera blanco de un ataque ruso.
En las redes sociales han comenzado a difundirse imágenes donde se pueden observar daños en el fuselaje del avión, unos daños que harían pensar en la posibilidad de que el aparato pudiera haber sido objeto de un ataque antiáereo.
Poco antes de estrellarse el avión, un pasajero grabó los daños que presentaba una de las alas, en un momento en el que se puede comprobar que ya se habían desplegado las mascarillas de oxígeno.
Primero se dijo que el avión había chocado con una bandada de pájaros. También se ha barajado la hipótesis de que hubiera estallado una bombona de oxígeno a bordo. Pero a la luz de estas imágenes, donde los daños en el fuselaje son evidentes, en redes ha cobrado fuerza la versión de que pudiera tratarse de un posible ataque antiaéreo ruso.
Tras la aparición de estas imágenes, Ucrania se suma a la tesis de que la aeronave fuera derribada por el sistema ruso de defensa antiaérea. El Kremlin, sin embargo, lo niega y ha pedido no precipitarse en las hipótesis y esperar a que la investigación concluya.
La OTAN ha pedido que se lleve a cabo una investigación "exhaustiva" sobre el siniestro sufrido por el avión, que no logró completar su vuelo desde Bakú, en Azerbaiyán, a Grozni, en Rusia, y se estrelló en Kazajistán.
El avión de pasajeros, un Embraer 190 de Azerbaijan Airlines con 67 personas a bordo, se estrelló este miércoles junto al aeropuerto de la ciudad kazaja de Aktau, a orillas del mar Caspio. 29 ocupantes han sobrevivido al accidente, aunque algunos se encuentran en estado crítico.
El aparato cubría la ruta desde la capital de Azerbaiyán, Bakú, a la ciudad rusa de Grozni, pero tuvo que cambiar de destino a causa de la espesa niebla. Más tarde, el piloto envió una señal de socorro por un fallo en el sistema de control y después solicitó un aterrizaje de emergencia en Aktau, donde acabó estrellándose contra el suelo envuelto en llamas.
Inmediatamente, los servicios de emergencia se acercaron al lugar del accidente, logrando sofocar el incendio a bordo y rescatando a los supervivientes.