Las riadas han arrasado con todo a su paso. También con los cementerios de muchas localidades, que están destrozados o aislados.
Las autoridades piden a los municipios menos afectados que cedan nichos a los pueblos de la zona cero.
Otro de los dramas que tienen que afrontar los vecinos de Valencia es que tampoco pueden llorar a sus muertos en los cementerios. La devastación de la DANA también se ha cebado con estos espacios, que en muchos casos han quedado aislados o inutilizables, una circunstancia que está obligando a celebrar entierros en los camposantos de otros términos municipales o a recurrir en mayor medida a las incineraciones.
Cementerios como los de las poblaciones de Sedaví y Benetússer, en la comarca de l'Horta Sud y en una de las zonas más devastadas por esa DANA, han quedado fuera de servicio y permanecen cerrados. Otros, como el de Sot de Chera, un municipio de la comarca de los Serranos que se encuentra también entre los más afectados por el temporal, están aislados porque no hay acceso a ellos. Y en otros casos, como el de Chiva, localidad de la comarca de la Hoya de Buñol también muy damnificada, el cementerio no tienen problemas.
En el caso de la localidad de Paiporta, la que más fallecidos acumula por la DANA, ha retomado este jueves los entierros en uno de sus cementerios, nueve días después de la riada.
Uno de los cementerios de Paiporta se encuentra intacto pues está a las afueras del casco urbano, a unos dos kilómetros, en una zona no afectada por el agua.
La Diputación de Valencia ha pedido a los municipios de la provincia damnificados por la DANA que le hagan llegar un relación de infraestructuras dañadas en sus términos, entre ellas los cementerios.