El Teatro Alhambra, de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, cierra el ciclo Andalucía·flamenco con las actuaciones de Sergio de Lope, Mercedes de Córdoba y Rocío Márquez y Bronquio los días 25, 26 y 27 de mayo a las 21:00 horas. Esta última actuación llega con las localidades agotadas, como ocurrió en el pasado fin de semana con Rocío Molina y Tomatito.
La programación del espacio escénico de calle Molinos comienza en el tercer fin de semana con Sergio de Lope, quién según los críticos es hoy una de las figuras centrales de la denominada segunda generación del flamenco-jazz. En sus composiciones, recogidas en sus discos ‘A Night in Utrera’ y ‘Ser de luz’ se cruzan continuamente todas las etiquetas: flamenco, neoflamenco, jazz eléctrico o rock.
Etiquetas a las que el cordobés, que estudió saxo y flauta en el Conservatorio de Córdoba, donde acabó licenciándose en Flamencología, vive ajeno porque, a pesar de su búsqueda constante de otros legados musicales, tiene muy claro que el cante es el centro de todo. Un cante representado aquí por la voz, tan ancestral como contemporánea, de su invitado José Valencia.
Al margen de todas las definiciones, Sergio de Lope se ha convertido en una de las figuras más populares del flamenco instrumental. Ha viajado con su trío por grandes festivales como el de Londres o Nueva York, así como por la Bienal de Sevilla, y está logrando atraer a un público joven antes poco dispuesto a disfrutar del flamenco.
El viernes 26 llega al escenario del Teatro Alhambra Mercedes de Córdoba, que a los 17 años formaba parte de la Compañía Andaluza de Danza y desde 1998, durante más de tres lustros, recorrió el mundo en las filas de la compañía de Eva Yerbabuena, sin duda su mayor referente en el baile de mujer.
Una experiencia, enriquecida con decenas de colaboraciones con otros artistas, que la ha convertido en una gran bailaora, tan apegada al baile de raíz como abierta a las estéticas de su tiempo, y luego han despertado en ella la necesidad y la capacidad de idear, coreografiar y dirigir espectáculos. En ese sentido, ‘Ser, ni conmigo ni sin mí’, estrenado en 2018 con la dirección artística de Ángel Rojas, posee una especial relevancia, tanto por su excelencia como para entender su último y gran espectáculo, ya con dirección propia, Sí, quiero.
Con la siempre magnífica guitarra y composición musical de Juan Campallo, un cante de excepción y una rigurosa y espectacular puesta en escena, la artista logra en este trabajo expresar, en cinco escenas llenas de matices, la amalgama de sentimientos que bullen en su alma en los momentos de oscura incertidumbre. Las emociones se deslizan así desde la dramática densidad del taranto, uno de los bailes que mejor la definen, hasta la liberación de unos caracoles con los que consigue desprenderse de sus temores -y con ellos de los lunares de su bata-, para aceptarse por fin tal y como es y entregarse a la proverbial soleá que pone punto final al espectáculo.
Y cierra el sábado 27 de mayo, Rocío Márquez acompañada por Bronquio, que llega al Teatro Alhambra con todas las entradas vendidas. Cantaora versátil, valiente y sabia, Márquez lleva años embarcándose sin miedo en viajes inciertos, dispuesta a probarlo todo, a comprometerse con los temas sociales de su tiempo, como demostró con su nana en el documental ‘Pico reja’, y, en el terreno musical, a encontrar ese punto de libertad en el que se unen el cante tradicional andaluz y otras músicas.
En escena, la cantaora camina junto al músico electrónico jerezano Santiago Gonzalo, Bronquio, enriqueciendo los infinitos matices de su voz con los sintetizadores, el autotune y toda la magia del teatro. Las luces, el movimiento auspiciado por el coreógrafo Antonio Ruz… Todos los ingredientes están cuidados milimétricamente para hacer del recital un espectáculo que fluye de principio a fin.