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¿Por qué heredamos manías de nuestros padres? La psicóloga Ángela Reyes nos cuenta la respuesta

CANAL FIESTA 23 octubre 2024

Colocar las llaves del llavero de más pequeña a más grande, salir corriendo cuando ves una avispa, tender la ropa con pinzas del mismo color o colocar el lavavajillas de un modo determinado son algunas de las manías que nuestros oyentes han heredado de sus padres, y nosotros queríamos saber la razón de porqué captamos estos hábitos. Para ello hemos hablado con la doctora en Psicología Ángela Reyes, del gabinete Progresa, especializado en tratamientos infantiles.

Según los estudios genéticos, heredamos hasta un 60% de personalidades de nuestros progenitores, por lo que influyen en gran medida en nuestro temperamento. Pero el otro 40% se adquiere a través del ambiente, las experiencias de vida y la educación que terminan de forjar el carácter y que se suman a nuestra personalidad.

En cuanto a las manías, no las heredamos de forma directa, sino que lo que nos transmiten nuestros progenitores son los rasgos de personalidad, como por ejemplo, ser exigentes, perfeccionistas, controladores o miedosos. Pero el hecho de tener miedo a las arañas o colocar las llaves de mayor a menor se aprende por el ambiente y las experiencias que vive
cada persona.

En el caso de tener fobia a los insectos, lo que se hereda genéticamente es el miedo y es algo con lo que se nace, pero que un niño salga corriendo cuando ve una araña forma parte de la experiencia de vida, al haberlo percibido a través de su aprendizaje observacional imitando las conductas de los progenitores, pero es algo que se puede intensificar o
modular a través del ambiente. Otro ejemplo es el de colocar las pinzas de la ropa del mismo color. Lo que se hereda es el rasgo de personalidad, que en este caso sería el ser perfeccionista, pero donde colocas ese rasgo en tu vida diaria se hace en base a lo que ves.

Pero nuestros padres no son los únicos culpables de nuestras conductas heredadas, sino que esto se transmite de manera transgeneracional. Es decir, es posible que un gen no se manifieste en una generación pero sí en la siguiente, al igual que puede suceder con rasgos físicos como el color de ojos.

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