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Conocemos la desgarradora historia de Mya, una perrita de tres años, que fue rescatada por Pedro Espino, su salvador que se la encontró en el arcén de la carretera totalmente desnutrida y al borde de la muerte.
Un reportaje emocionante, estremecedor y al mismo tiempo lleno de positividad. Nuestra presentadora Mar Vega viaja hasta Jaén para conocer a Mya y hablar con Pedro que es responsable también de la protectora de animales, "Huella de Jaén".
Pedro nos habla de la primera parte de esta emotiva historia que pone los pelos de punta. Vemos el vídeo del rescate que ha conmovido a los usuarios de la redes sociales y a los espectadores de Patas arriba que no pudieron aguantar las lágrimas escuchando a Pedro, totalmente roto, ante la mirada triste y perdida de Mya cuando era rescatada tras haber sido atropellada.
Acompañamos a Pedro al mismo lugar donde rescató a Mya: "menos mal que en ese momento no pasó ningún coche", cuenta "porque la hubiese rematado. La pobre estaba totalmente en los huesos, desnutrida, llena de parásitos, de garrapatas y a la que le quedaba prácticamente un hilo de vida".
Tras rescatarla la llevó al veterinario y que después de varios días de tratamiento sigue mal porque tiene secuelas muy graves. Pedro nos cuenta que va a verla a diario y que los veterinarios le explican que Mya lo siente cuando llega "se nota que tiene ganas de vivir".
Mar y Pedro acuden hasta el hospital para ver a Mya y hablar con Alejandro Visiedo de Amo, neurólogo veterinario: "llegó en estado casi comatoso, las constantes vitales estaban comprometidas y sospechamos que tenía un golpe en la cabeza pero con el tratamiento y el paso de los días ha ido respondiendo bien y es capaz de mantenerse en pie con un poquito de ayuda".
Alejandro añade que no le pueden dar el alta médica pero si el alta hospitalaria para que continúe su recuperación fuera porque estimularla en casa le vendrá mejor lo que emociona a Pedro tras esta feliz noticia. La recuperación de Mya será lenta y su pronóstico es reservado pero con el cariño de Pedro y su marido, Antonio, que han decidido adoptarla saldrá adelante.
Y comprobamos que hasta en los casos más complicados es posible un final feliz, que se merecen este tipo de personas buenas de corazón.