La histórica sentencia, dictada tras un mediático juicio celebrado en Aviñón, declara también culpables de todos los cargos a 50 de los hombres que violaron a la mujer.
"Nunca me he arrepentido de dar la cara", ha asegurado Gisèle Pelicot tras conocer la sentencia.
Dominique Pelicot ha sido condenado a 20 años de cárcel, la pena máxima contemplada en la legislación francesa, por violación agravada y sedación a su esposa Gisèle.
La histórica sentencia, dictada tras un mediático juicio celebrado en Aviñón, al sur de Francia, declara también culpables de todos los cargos a 50 de los agresores de la mujer.
Los jueces consideran probado que Dominique Pelicot drogó a su mujer durante casi un decenio para que fuera violada en su casa por desconocidos a quienes contactaba a través de Internet. El tribunal lo ha considerado culpable de violación agravada y también de haber filmado sin su consentimiento a su propia hija y a sus nueras.
La sentencia contra el principal acusado, de 72 años, ha sido la primera en conocerse. Los otros 50 hombres que se han sentado en el banquillo también han sido declarados culpables y han recibido penas entre los 3 y los 13 años de reclusión, en muchos casos ha sido inferior a las que solicitaban los fiscales.
Fuera de la sala del tribunal se concentraban este jueves numerosas mujeres para expresar su solidaridad con Gisèle Pelicot y celebrar la sentencia como un hito en la lucha feminista y contra la cultura de la violación.
A la salida del tribunal y tras conocer la sentencia, la mujer se ha mostrado firme y agradecida por el apoyo recibido. "Nunca me he arrepentido de dar la cara", ha asegurado.
El juicio se ha convertido en un acontecimiento de gran repercusión tanto en Francia como fuera de sus fronteras, no solo por la gravedad de los hechos, sino por el coraje de la víctima al pedir que las audiencias fueran públicas, y no a puerta cerrada como habían planteado los jueces.
Gisèle Pelicot quería así que la prensa y el público pudieran ver los videos de las violaciones que grabó su marido, para que sirvan de advertencia en casos similares y para que la sociedad tome conciencia del problema.