Se trata de una especie amenazada de la que se introdujeron 18 ejemplares en Andújar.
Un estudio de la Estación Experimental de Zonas Áridas de Almería demuestra también su capacidad de convivir con gamos o ciervos.
Un estudio científico en el que ha participado la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) de Almería ha revelado que el bisonte europeo, especie amenazada, se puede adaptar al clima mediterráneo del sur de España.
Así lo expone el estudio publicado por la revista Biodiversity and Conservation tras estudiar la experiencia que se está llevando a cabo en la Finca El Encinarejo, en Andújar (Jaén), donde en noviembre de 2020 llegaron 18 ejemplares procedentes de Polonia. Cuatro años después ya se ha conseguido la reproducción de la especie con el nacimiento en 2023 de tres ejemplares en pleno corazón de la Sierra de Andújar.
El estudio ha analizado por primera vez la dieta comparada de tres grandes herbívoros: bisonte europeo (bison bonasus), ciervo común (cervus elaphus) y gamo (dama dama), conviviendo en el monte mediterráneo. La finca jienense, de 1.000 hectáreas, se caracteriza por un hábitat típico de monte mediterráneo con predominio del encinar adehesado y la presencia abundante de arbustos como el lentisco, el espliego y el romero.
“El bisonte europeo es el mamífero europeo en vida de mayor tamaño, superviviente de un tiempo pasado en donde grandes manadas de herbívoros campaban a sus anchas por prados y bosques, moldeando el paisaje y promoviendo la biodiversidad", señala Jordi Bartolomé, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor principal del estudio.
Este bóvido estuvo al borde de la extinción a comienzos del siglo XX y actualmente se encuentra en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), por lo que está protegido en toda Europa. Su amplia distribución geográfica durante el Holoceno a lo largo del continente europeo, así como el éxito de poblaciones introducidas en las últimas décadas en diferentes territorios europeos han revelado la capacidad y plasticidad de la especie para adaptarse a nuevos hábitats y a un amplio rango bioclimático.
“La creación de nuevos núcleos reproductores en condiciones de semi libertad se ha convertido en una estrategia para garantizar la supervivencia de la especie, lo que a su vez permite aplicar su potencial para restaurar y mejorar la biodiversidad de estas áreas", indica Jorge Cassinello, investigador del CSIC en la Estación Experimental de Zonas Áridas de Almería y coautor del estudio.
En la finca El Encinarejo conviven con el bisonte otros ungulados herbívoros, unos 400 ciervos y 200 gamos. La comparación del comportamiento alimenticio entre las tres especies de herbívoros mostró que el bisonte consume significativamente más gramíneas (21 %), mientras que las leguminosas estaban más presentes en la dieta del gamo (32 %). El ciervo común, por su parte, consume menos herbáceas que las otras dos especies (8 %).
"La principal conclusión que podemos extraer de este trabajo es la existencia de una distribución de recursos tróficos entre las tres especies de herbívoros cuando conviven en el mismo hábitat, lo que parece evidenciar su capacidad de convivir juntos y, por otro lado, la capacidad del bisonte a adaptarse a las condiciones bioclimáticas del monte mediterráneo", concluye Cassinello.