Fue la única nominada andaluza que se llevó el gramófono. Lo hizo en la categoría Mejor Álbum flamenco por "Camino". Gaditanos, de nacimiento y adopción, pasaron por la alfombra roja de una gala que ya forma parte de la historia
Sevilla puso el escenario y los norteamericanos la ceremonia pero Cádiz puso la pasión, la pimienta y la guinda. Porque no hay lugar donde Cádiz no se cuele de algún modo y los Grammy Latinos no iban a ser menos. Todo comenzó con una interpretación muy personal de Rosalía de uno de los temas emblema de la más grande, la Jurado, la chipionera universal, con letra del no menos grande, el jerezano Manuel Alejandro.
Ya metidos en ambiente Cádiz volvió a dejar claro que tenía su lugar más allá de una canción. Este año, el premio al mejor álbum flamenco recae en Niña Pastori por "Camino", nada menos que el quinto Grammy de la artista de San Fernando que este año fue más gaditana y más cañaílla que nunca.
Y seguimos con Cádiz porque su rastro se podía seguir por doquier, tanto arriba del escenario como abajo, en la hoguera de las vanidades que otros llaman alfombra roja.
Gaditanos por vocación, como Alejandro Sanz, o como Pasión Vega, o gaditanos universales como José Mercé que vienen a dejar claro lo que somos.
La industria norteamericana vuelve a casa con una duda: cambiar el nombre de Grammy por otro más certero. Los premios Cadi.