Disponían también de máquinas tipo vending, en las que se podían adquirir los productos sin ningún tipo de control.
Además vendían cogollos de marihuana y hachís.
La Guardia Civil ha clausurado en Cádiz dos tiendas de derivados del cannabis por vender productos aparentemente inocuos que no eran tales. Además, se han incautado de más de sesenta kilos de cogollos de marihuana y hachís que los dos detenidos vendían incluso a través de una máquina expendedora.
La operación, denominada Sumiflor, ha acabado, de momento, con la detención de dos personas, un hombre y una mujer, hermanos naturales de Chiclana de la Frontera cuyos negocios llegaban a facturar hasta un millón de euros al año.
De momento se ha decretado el cierre de dos establecimientos en la capital gaditana, estando pendiente el tercero de los que abrieron al público, y se han interviniendo cientos de productos de todo tipo que se comercializaban de forma ilícita. Los detenidos habían llegado a diseñar su propia app para la venta de estos productos.
Según Manuel González, portavoz de la Guardia Civil de Cádiz, muchos de los productos tenían apariencia de chucherías, desde gominolas, a algodón de azúcar o chupachups; todos estaban envueltos en formatos atrayentes y se vendían como CDB, es decir, una sustancia extraída de la marihuana sin el componente activo que la convierte en droga, aunque en realidad no era así.
Al contrario, los productos comercializados contenían THC en una concentración muy alta. Además, también vendían cogollos de marihuana y hachís, y no solo al peso, sino con servicio a domicilio y hasta en una máquina expendedora, sin ningún tipo de control.
Los detenidos han pasado a disposición judicial y están en libertad con cargos a la espera de juicio.