La costumbre tiene su origen en el siglo XIX y hoy en día no hay día cinco en que los niños no inventen el artilugio más ruidoso para que sus Majestades de Oriente sepan dónde están.
En Algeciras, miles de personas han acudido a la tradicional cita de El Arrastre de latas, más madrugadora por la lluvia pero con el mismo objetivo: hacer el mayor ruido posible para llamar la atención de sus Majestades y que no se olviden de los niños algecireños.
Ruido atronador el que desprenden las construcciones con latas recicladas que forman verdaderas obras de arte. Una costumbre que data del siglo XIX y que pasa en Algecrias de generación en generación.