Un edificio único que aúna estilos neorrománico con bizantino y que es un magnífico ejemplo de arquitectura industrial.
Fue levantada en honor al fundador de este astillero, el Marqués de Comillas.
La factoría de Navantia en Puerto Real guarda un tesoro en forma de capilla decimonónica que recientemente ha sido restaurada y recibe visitas como parte del antiguo astillero de Matagorda. Un turismo llamado industrial que aún está por desarrollar en la bahía de Cádiz pero que ofrece joyas indudables. Hemos estado en ella.
Escondida en la factoría de Navantia de Puerto Real una joya arquitectónica aúna el estilo neorrománico con el bizantino, algo inédito en España y digno por tanto de su título, Bien de Interés Cultural. Una joya tan peculiar que, como hacen las joyas, brilla mejor tras una restauración que la ha dejado mejor que nueva.
Se levantó en honor al fundador del primer astillero moderno de España, el de Matagorda, Antonio López, Marqués de Comillas, que preside el edificio con una estatua también restaurada que lidera un complejo museístico que incluye antiguas instalaciones como el dique original o las primeras oficinas. Navantia ha invertido ciento treinta y cinco mil euros en recuperar una capilla ya desacralizada abierta solo para visitas y actos protocolarios.
Un claro ejemplo de patrimonio industrial en plena bahía de Cádiz que ahora luce renovada a tiro de piedra de otros atractivos turísticos más conocidos.