Un informe de la organización agraria denuncia la pérdida de casi el 60 % de las pequeñas y medianas explotaciones en Andalucía frente a la proliferación de grandes fincas de cultivo superintensivo en manos de grandes inversores.
Propone que se introduzcan condicionantes para la compra de tierras o derechos de riego y que este tipo de explotaciones no puedan acceder a las ayudas europeas de la PAC.
El avance del olivar superintensivo en detrimento del cultivo tradicional está fomentando en este sector agrícola la entrada de fondos de inversión que buscan altas rentabilidades. Es un proceso que la organización agraria COAG ha definido como "uberización del olivar".
Sobre este fenómeno han elaborado un informe que subraya el impacto negativo y la necesidad de frenar la llegada de estos inversores. COAG propone que se introduzcan condicionantes para la compra de tierras o derechos de riego y que, en estos casos, además, no puedan acceder a las ayudas europeas de la PAC.
El estudio, titulado "La uberización del olivar español: zoom en Andalucía", evidencia que este proceso perjudica seriamente a los olivareros profesionales, frena la incorporación de jóvenes e hipoteca el desarrollo del medio rural y la lucha contra el cambio climático.
En el caso concreto del olivar andaluz, el informe de COAG señala que esta "uberización" tiene especial incidencia en las provincias de Sevilla, Córdoba y Cádiz y que ha sido uno de los factores que ha influido en la reducción sustancial del número de explotaciones.
La organización agraria que lidera Miguel López, añade que en los últimos 20 años se han perdido el 59% de las explotaciones, pasando de 602.250 en 1999 a 247.318 en 2020, mientras que la producción de aceite de oliva ha crecido un 65%.
Desde COAG denuncian que "los fondos de inversión especulativos han puesto el foco en el oro líquido español y acaparan ya las mejores fincas de regadío".
La valoración de las tierras con permiso de uso del agua ha generado un interés económico, dando paso a un proceso de especulación que afecta principalmente a las pequeñas y medianas explotaciones, que carecen de recursos para competir con grandes inversores.
Entre los fondos de inversión que, según COAG, están contribuyendo a este proceso de "uberización" figuran firmas como Atitlan o Beka y Bolschare Iberian Agribusines, que cuentan con numerosas plantaciones superintensivas en España y Portugal.
Desde la organización agraria han reclamado al Gobierno central y autonómico una apuesta firme y decidida por el modelo social y profesional de agricultura.
Miguel López asegura que "el modelo está en riesgo y se necesita un mercado ordenado y trabajar a unos precios creíbles". Además, ha insistido en que el aceite de oliva "es un producto que para Andalucía es estratégico y tiene que ser una cuestión de Estado".